miércoles, 3 de julio de 2013

Música y Vino: otro maridaje perfecto

Pensar en música y vino es considerar la idea de experimentar un excelente maridaje en el que se acompaña y activan los 5 sentidos: gusto, vista, olfato, oído y tacto.

A lo mejor si usted es un #winelover también sabrá apreciar la buena música, en buena compañía y con una excelente botella de vino. ¿Qué tal este menú? Fly me to the moon, de Frank Sinatra acompañado con un vino carmenere a 18° de temperatura, intenso en sabor, de taninos altos, color purpura intenso que marca su huella en la copa de cristal ¿delicioso, no? 



De seguro si prueba con un Merlot a 17° de temperatura tan complejo pero tan perfecto para escuchar improvisar a Norah Jones con Happy Pills tampoco se arrepentirá. Pero si lo que desea es equilibrar lo suave y dulce de las notas musicales o la compañía, sería ideal acompañarla con un vino chardonnay de cuerpo medio, sensación cremosa y acidez media.



Para la auténtica e increíble voz de Fito Paez uno de los más importantes exponentes de rock argentino un vino malbec, cepa insignia de este país, preferiblemente con paso por madera para que resalte sus sabores a ciruela negra o cereza negra. 




La Reserva es cultura del vino en la ciudad, por eso queremos ofrecerle lo mejor y para ello contamos con personal certificado, productos de la mejor calidad, el espacio y ambiente ideal para todos los #WineLovers de @Bucaramanga.

Comida y vino: una experiencia agradable



El maridaje no puede ser tratado solo como un arte, pues si estamos frente a una invitación especial no solo el plato y la buena presentación del mismo juegan un papel elemental. El vino con que se acompañe cada plato es fundamental para realizar una composición digna de los paladares más exigentes.


En los vinos podemos encontrar diferentes intensidades, intensidad en sabores, en aromas, vinos intensos en taninos o por el contrario vinos de taninos suaves. Poder identificar estas intensidades le permitirá familiarizarse con sus sabores básicos, una vez cumplido este proceso podrá comenzar a experimentar el mundo del maridaje, realizar la combinación mas aproximada a la perfección entre el vino y la comida. Finalmente se trata de una experiencia personal, única y de gustos subjetivos pero que tiene unas reglas básicas que bien aplicadas pueden maximizar esta experiencia. 

Así como en el vino, en el maridaje también encontramos una clasificación de sabores, divididos en sabores ácidos, amargos, dulces y salados:

Sabor ácido: podrá ser percibido en los costados de la lengua y se identifica fácilmente detectando la salivación de la boca al contacto con el elemento ácido.

Sabor amargo: se siente al interior de lengua, casi al final. El vino tinto, especialmente, presenta esta característica debido a los taninos que posee.

Sabor salado: se percibe en la parte central y media de la lengua, presente en el vino, pero es casi imperceptible.

Sabor dulce: es el primero que se percibe y llega directo a la punta de la lengua. Todos los vinos tienen algún grado de dulzor, por que el azúcar es un elemento presente en la uva y en la vinificación.

Recuerde que el éxito de la combinación elegida entre el vino y la comida en muchas ocasiones depende de la clara percepción de los diferentes sabores y la sutileza del paladar del anfitrión.

Si usted desea familiarizarse un poco más con los vinos, en Bucaramanga la boutique La Reserva, ofrece catas de vino todos los miércoles de 7:00 p.m. a 9:00 p.m. Muy pronto también capacitará a quienes estén interesados en el tema de maridaje de vinos.

Armonía de texturas y sabores



El maridaje del vino por tratarse de una combinación de bebidas con comida, como en muchas artes no es objetivo, pues se ajusta al gusto y ánimo de cada persona.

Su denominación se presenta como: maridaje por combinación, contraste y regional, esta última resulta ser el punto de partida del maridaje pues los vinos se desarrollaron para acompañar la cocina de determinada región. 


Cuando se habla de maridaje por contraste se hace referencia a la diferencia en la intensidad de los sabores del vino y los alimentos. En este caso un alimento muy poderoso podría opacar por completo a un vino suave y un vino de gran carácter dejar atrás a un alimento muy delicado. Por lo tanto es recomendable que el vino y la comida contengan sabores igualmente intensos sin olvidar que la sal en la comida realza la riqueza y suavidad del vino.


La comida dulce resulta agradable con vinos que tengan un grado de dulzor similar, aunque, los sabores de una comida salada también podrían ser realzados si se combina con un toque de dulzor, en este caso con un vino dulce. También es recomendable emparejar las carnes fibrosas con vinos tánicos y las comidas ricas en grasas y aceites con vinos de acidez alta.

Los vinos frescos como el riesling pueden ser buenos compañeros de carnes grasas como la de pato o ganso, o en el caso de la comida italiana en donde los vinos de acidez alta también lograrían una combinación casi perfecta. Contrario a si se desea comer salmón ligeramente ahumado que alcanzaría su armonía con un champagne o chardonnay con cuerpo.

En algunos casos sólo los vinos tintos muy estructurados y complejos en aromas aguantan la carga de picante de un plato mexicano, que podría ir acompañado por un cabernet sauvignon, por cierto considerado como la reina de las cepas tintas.

Finalmente no hay que olvidar que el éxito en la combinación del plato con el vino también depende de algunos componentes claves en la cocina como son la cocción, las salsas, aderezos y la pieza principal del plato (pasta, pescados, carnes rojas o blancas).

Maridaje, un arte que todos disfrutan pero pocos conocen



El arte de saber combinar los alimentos y el vino, sentir y disfrutarlos logrando siempre nuevas sensaciones en su degustación, es el fin único del maridaje. Generalmente el sommelier es el encargado de recomendar las combinaciones de comida y vino a sus comensales.

Vino, texturas y buen sabor, son las características de esta experiencia sensorial muy placentera a nuestro paladar.

Aunque no existe una única elección para maridar un vino con una determinada comida, algunos resultan ser una mejor elección que otros.

Para lograr dicha elección es necesario tener en cuenta los componentes básicos en un vino y una comida e intentar equilibrarlos de tal manera que ninguno de los dos sobrepase los sabores del otro, mucho menos que salga un tercer sabor desagradable. Si se desea lograr un maridaje ‘’perfecto’’ es importante tener en cuenta algunas reglas básicas:



  • Combinar la pesadez/ riqueza de la comida y el cuerpo del vino.
  • Combinar la intensidad del sabor de la comida con la intensidad del sabor del vino.
  • Combinar comidas ácidas con vinos de acidez alta.
  • Combinar comidas dulces con vinos dulces.
  • Maridar vinos blancos con pescados.
  • Maridar vinos tintos con carnes rojas.
  • Beber vinos blancos antes que los tintos.
  • Beber vino seco antes que el dulce.
  • Beber vinos jóvenes antes que los viejos.


Igualmente el hecho de emparejar comidas saladas con vinos dulces o comidas grasas con vinos de acidez alta, permitirá una combinación ideal. 

La Reserva ofrecerá a todas las mamás una invitación especial a maridar, el próximo sábado 11 de mayo de 3:00 a 6:00 p.m. con el fin de que conozcan, disfruten y aprendan un poco sobre este particular arte. Lo único que deben hacer es separar su cupo enviando los datos personales al correo electrónico lareserva.vinosylicores@gmail.com o por medio de las redes sociales. Los cupos son limitados.

Además de esta atención, las mamás tendrán el 10% de descuento por consumo de vinos Montes en la tienda. Y para quienes deseen sorprenderlas con un regalo especial y diferente, ofrecerá las canastas que podrán armar a su gusto y presupuesto.

Regiones Vitivinícolas



Se entiende por región vitivinícola a una extensión de tierra destinada al cultivo exclusivo de la vid, para su perfecto desarrollo se deben tener en cuenta dos grandes elementos como son: el clima y suelo. Del buen manejo y conocimiento de estos, junto con las características particulares de cada región, resulta el lugar de crecimiento adecuado para las diferentes cepas. 

Las regiones vitivinícolas consideradas como las mayores productoras de vino en la tierra se encuentran clasificadas en viejo y nuevo mundo: el primero comprende toda Europa y el segundo está conformado por Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y finalmente Estados Unidos, más exactamente en California.

Los elementos climáticos más importantes para la viticultura son las temperaturas, precipitaciones, humedad de la zona y el viento. De allí nace el sello propio de cada cepa que es determinado por el clima y la tierra donde nace y habita.

En las regiones vitivinícolas existen diversos tipos de suelos, dentro de los más reconocidos se encuentran los ácidos, alcalinos, aluviales, arcillosos, arenosos, y calcáreos. Todos dependen de un drenaje adecuado del suelo, ya que un suelo bien drenado es un suelo caliente y un suelo húmedo es un suelo frío. 

En Colombia las condiciones climáticas tropicales dificultan la producción vinícola y con esto el desarrollo de sus regiones vitivinícolas. A pesar de esto en Boyacá, en el municipio de Sutamarchán existe un proyecto de cultivo y producción de vinos de calidad, conocido como ‘’viñedo Aim Karim’’, en esta región a 2.100 metros de altura y considerada como una de las más secas del altiplano cundiboyacense, se siembran cepas de Chardonay, Cabernet Sauvignon y Sauvignon blanc, traídas desde Francia. Su producción inició desde 1998 y en la actualidad cuenta con más de 38.000 plantas que producen 5.000 litros cada vendimia.